Un mal evangelismo produce falsos cristianos con falsas esperanzas. Nosotros no cambiamos el mensaje para que la gente lo acepte, predicamos el mensaje tal como es porque es el que cambia a la gente. La prioridad de este mensaje no puede ser negociada, porque entonces terminamos con personas en el reino que no están dentro del reino, personas en la iglesia que no son iglesia.  Con lo que los ganes para tu iglesia, con eso tendrás que mantenerlos. Cuando le das razones superficiales, motivos materiales,  estarán en la iglesia temporalmente, pero sí le das la causa y la promesa eterna del evangelio, estarán permanentemente. Si no les das el evangelio, no le estás dando la mejor razón para permanecer. Si el evangelio no es suficiente para alguien, entonces nada más lo será. Debemos cuidarnos de no comunicar únicamente los beneficios de la salvación, y no transmitir el costo de seguir a Cristo. Al hacer esto construimos cristianos que solamente conocen a Jesús como Salvador pero no como Señor.

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